Centros Poblados

Los primeros pobladores fueron de origen Antioqueño, destacándose los señores Antonio Marín, Juan de Dios Correa, Antonio María Britto y Santiago Trujillo. La segunda oleada de pobladores data de los años cuarenta que provenían del Valle del Cauca cuando el café ya se había configurado como el primer renglón de la producción, tal es el caso de don Juan Carlos Valencia y don Emiliano Orozco, otros llegaron de Caldas, Boyacá, Tolima y Quindío, como doña Evangelina Correa, Alcides García, Guillermo Mejía, Tomás Suárez, Rafael Miranda, Luisa Palacios y Roberto Giraldo Chica de Sonson quien fue la persona en montar la primera tienda.

Altagracia era paso obligado para los arrieros, donde llegaban de cincuenta (50) a (100) mulas diariamente cargadas de suministros y alimentos. La construcción de la carretera, generó una relación mucho más directa con Pereira, e impulsó una tercera migración de habitantes.

El corregimiento tiene sus inicios en el año 1967 con la creación de las veredas Yarumal, Arabia, Betulia, El hogar, Tres Esquinas, Pérez Alto y Pérez Bajo; Miralindo y La Linda se conformaron en 1969; en 1984 se establece la vereda Camilo Torres.

El corregimiento de Arabia guarda celosamente en su historia la memoria de unas cuantas personas que hicieron parte y vivenciaron el desarrollo y el posible futuro que podía tener este corregimiento, gracias a un primer desarrollo que realizaron los primeros pobladores basándose en actividades agrícolas y pecuarias, pero resaltando la existencia de una mina de sal que fue explotada por mucho tiempo por las personas que vivían allí, pero que aún queda un ojo de sal en barrio san Carlos en la finca del señor Manuel Velásquez, del mismo corregimiento. Arabia fue creciendo y desarrollándose gracias al empuje y las ganas que la población tenía para salir adelante, hoy por hoy el corregimiento se muestra muy organizado y con una gran variedad de atractivos naturales que le permiten al visitante disfrutar de los diferentes lugares que posee.

Los antecedentes en la historia del corregimiento recaen en la memoria de las generaciones, doña María Gladys Giraldo, una economista jubilada, nacida y criada en el corregimiento comenta que en 1882 llegó su bisabuelo Rafael Giraldo a unos abiertos en medio de la selva; venía de Rionegro, Antioquia, con su mujer, una yegua, un perro, una escopeta, un azadón, el machete y tres hijos entre los ocho y los diez años de edad. Rafael levantó un rancho de vara en tierra, sembró maíz y fríjol y con unas gallinas y un cerdo (Cardona, 2017).

En mingas o convites los primeros pobladores de El Retiro convirtieron las derribas en maizales entreverados con fríjoles para alimentar la familia, los cerdos y las gallinas. Después algunos sembraron pasto y al empezar el siglo XX la mayoría de los vecinos establecieron cultivos de café y plátano en las fértiles colinas transformándolas en las fincas El Motor, Las Palmas, La Elena, El Jardín, La Marina, Los Recuerdos (Cardona, 2017).

Al empezar el siglo XX no había escuelas, ni caminos, ni acueducto. Para estudiar los jóvenes tenían que recorrer un largo trecho hasta donde está la portada de la finca Las Palmas y las niñas debían caminar hasta la escuela que estaba donde hoy se encuentra la Caseta Comunal de Morelia (Cardona, 2017).

En la primera década del pasado siglo se construyó la primera escuela, era una casita estrecha de esterilla donde se impartía educación primaria a niños y niñas, así funcionó hasta 1961 cuando con el apoyo del Comité de Cafeteros se construyó una edificación moderna que fue base del actual colegio de El Retiro (Cardona, 2017).

El corregimiento de La Estrella La Palmilla fue creado el 15 de diciembre de 1994 bajo el acuerdo número 117 por el Concejo Municipal de Pereira.
En el año de 1960 en el sitio llamado “El Realejo”, en la carretera que comunica a Pereira con Alcalá, se ubicaba una inspección de policía sobre un lote que aprovechaban los uniformados para levantar semilleros de café. A un lado estaba una fonda , al frente la finca “La Estrella” y por los demás costados se extendía la hacienda “Asturias” (Cardona, 2016).
Al frente de la comunidad estaban Alberto Quesada, Adalcio Dávila, Argemiro Valencia y Duván Idárraga, con esos líderes empezó una labor titánica en un lote empinado, de poco terreno, agua de aljibe y muchos interesados. La topografía no permitió abrir calles ni hacer trazados de parques, la gente se acomodó como pudo y el caserío se fue llenando de escalas y pasadizos con una sola vía estrecha que reptaba por la mitad del pequeño poblado (Cardona, 2016).
“La Estrella” es una conjunción de lo urbano con lo rural, con una cultura que cada vez se aleja más de las fuentes campesinas que fijaron sus raíces pero recuerda agradecida a sus líderes entre los cuales se han destacado Adalcio Dávila, Reiner Antonio Moreno, Duván Idárraga y Alberto Quesada (Cardona, 2016).